Muchas trayectorias profesionales de éxito comienzan con una beca o un periodo de prácticas. Sentar las bases de la formación y el desarrollo desde la cantera de la empresa garantiza una total adaptación a la misión, los valores y, en definitiva, el crecimiento de la organización, lo que supone todo un aval para su óptimo funcionamiento. De hecho, hay procesos de selección que solo se contemplan de esta forma, con acuerdos de aprendizaje y formación que puedan convertirse, más adelante en un empleo estable.
Los nueve jóvenes becados por la iniciativa Talento Aragón Joven 2020, impulsada por la escuela de negocios ESIC y Heraldo de Aragón hace ya cuatro años, van a iniciar, de esta forma, su andadura profesional en su tierra y con todas las garantías que ofrece una empresa de prestigio. En algunos casos, será de forma inmediata y, en otros, se respetarán los proyectos a corto plazo de los recién graduados y se acordará una fecha conveniente para ambas partes.
También es habitual que las becas se compatibilicen con el estudio de otros programas de formación superior, lo que permitirá que el aprovechamiento de esos meses de prácticas sea máximo. Aprender todo lo posible de esta experiencia es, de hecho, el principal objetivo de los jóvenes que tienen la oportunidad de disfrutar de una beca y que son conscientes, además, de lo mucho que se juegan, pues este tipo de convenios son una puerta al mercado laboral.
Desde las empresas se apuesta firmemente por esta forma de atracción de talento para su futuro, por ello invierten tiempo y esfuerzo en apoyar y acompañar estos programas de becas. Por un lado, ofrecen a los jóvenes una amplia visión de la empresa y de su actividad y, por otro, les orientan y asesoran sobre la mejor manera de desempeñar sus funciones. La mayoría de las organizaciones también apuestan por la rotación de los becados en distintos puestos y departamentos, lo que permite un enfoque más completo y un mayor enriquecimiento para cada uno de los perfiles.