Ya nadie lo pone en duda: la capacidad de una persona para desempeñar un trabajo óptimo en una organización ya no depende tanto de su curriculum o de sus conocimientos técnicos, como de la actitud que demuestra a nivel personal. Así, su disposición para el diálogo, la facilidad para trabajar en equipo o la determinación en la resolución de conflictos pueden marcar la diferencia de manera más determinante que una formación específica en una materia concreta, en muchos casos. Todas estas habilidades se conocen como ‘blandas’ o ‘soft skills’ en su acepción inglesa y se contraponen a las ‘habilidades duras’ o ‘hard skills’, que se refieren a las competencias adquiridas durante el aprendizaje académico o la experiencia laboral.
Tal es la importancia que han adquirido en los últimos años, que se han incorporado a los programas de capacitación empresarial de modo transversal y se han convertido en un requisito clave para las entrevistas de trabajo, pudiendo inclinar la balanza hacia una candidatura menos cualificada desde el punto de vista técnico, pero en la que se haya entrenado más el desarrollo personal.
No solo sirven para completar el bagaje académico y tener más posibilidades en el ámbito profesional, sino que las ‘soft skills’ ya forman parte del sector educativo desde las más tempranas edades. La regulación emocional, la resiliencia o la autoestima resultan claves en el aprendizaje, especialmente en las etapas de cambio tales como la adolescencia, donde es importante que los jóvenes vayan aprendiendo a desenvolverse en el día a día.
En Talento Aragón Joven, las habilidades blandas han integrado el proceso desde la primera edición y han sido claves durante todo el programa. Así, han sido la base del diseño de las dinámicas de ‘assesment’ y han centrado los módulos formativos dirigidos a los finalistas. Entre ellas, destacan la creatividad, la comunicación, el trabajo en equipo, el liderazgo, la adaptación al cambio, la orientación a resultados, la autoconfianza y la actitud positiva.
Por eso, cabe subrayar que solo por participar en este programa de selección de candidaturas, los jóvenes estudiantes se llevan consigo valiosas enseñanzas en las que seguir trabajando para poder aplicar en su futuro profesional y, también, en su vida personal.