Los últimos días de agosto representan para muchos el final de las vacaciones y, a su vez, el momento idóneo para organizar el nuevo curso académico o profesional que arrancará en breve. Proyectos, aspiraciones, retos y, sobre todo, buenos deseos ocupan las expectativas depositadas en los próximos meses tras haber cargado las pilas durante el descanso estival y, para que todo ello se convierta en realidad, es fundamental partir de una buena y positiva actitud. Así se pone de manifiesto desde la psicología y el ‘coaching’ empresarial, donde voces expertas aseguran que la felicidad depende, en gran medida, de la conducta que elijamos para afrontar la vida.
Por todo ello, apuntamos a continuación, unos tips que habrá que tener en cuenta para empezar el próximo curso de la mejor forma posible:
Lleva una vida sana: una dieta equilibrada y la práctica de ejercicio moderado son la base para estar en forma, encontrarse bien con uno mismo y tener la energía necesaria para afrontar los desafíos que vengan, así como aprovechar al máximo las oportunidades que se presenten.
Márcate unos objetivos y ve hacia ellos con ilusión: es importante detenerse a pensar adónde queremos llegar, qué queremos mejorar o qué caminos nos conviene seguir para centrarnos en nuevas metas que nos motiven y promuevan nuestro crecimiento a nivel profesional y personal.
Aprende a lidiar con aquellas personas que te resultan tóxicas: es aconsejable evitarlas cuanto sea posible y, si llega el momento de tratar con ellas por cuestiones laborales o por coincidencias personales, hay que aplicar la diplomacia y la educación para no provocar situaciones de conflicto que desagraden y minen la energía vital.
No aparques el autoconocimiento: ya sea a través de la meditación, de las notas de un diario o de los pequeños momentos de soledad que permitan la reflexión y la desconexión, es importante aprender a gestionar las emociones para no caer en sentimientos negativos de frustración, estrés o abatimiento.
Ríe y diviértete: la alegría y el humor deben formar parte del día a día para poder ser positivo y sentirse feliz. No dramatizar, relativizar los problemas, centrarse en sus soluciones y rodearse de aquellas personas que te provocan la sonrisa son antídotos contra el hastío y la tristeza.